Compases de amalgama, tal y como sucede en Fanfares (Études pour piano Num 4, G. Ligeti), donde encontramos compases ternarios y binarios (3:2:3) y una acentuación asimétrica para añadir complejidad:
Superposición de patrones rítmicos, binarios y ternarios que entran en confrontación, originando ritmos que se perciben como complejos, tal y como sucede en Blue Battue (Cuadernos del tiempo Núm 1, P. Vallejo):
Ruptura de la lógica rítmica convencional, como sucede en Desordre (G. Ligeti) donde 8 pulsos no generan dos compases de 4 pulsos, sino uno de 3 y otro de 5, produciendo un interesante efecto que se refuerza con la utilización de dos escalas distintas: en la mano derecha una escala diatónica y en la izquierda, una pentatónica:
PRÁCTICA DE PROCEDIMIENTOS POLIRRÍTMICOS
A continuación, dos sencillos procedimientos con los que podemos practicar polirritmias en el aula, utilizando palmadas y/o cualquier otro recurso de percusión corporal:
Polirritmia a partir del desfase. Cuando una secuencia rítmica se desplaza un poco respecto a la secuencia que la sigue, la simplicidad cede el paso a la complejidad. En este caso podemos hablar de polirritmia “horizontal”, como en este ejemplo:
Polirritmia a partir de la acentuación. Cuando el acento recae en lugares distintos de las diferentes voces de una composición, cualquier sencillo pasaje adquiere una dimensión distinta, mucho más sofisticada rítmicamente. En esta segunda modalidad la modalidad se nos presenta como “vertical”: