En 1816 Rossini le pidió a Cesare Sterbini (1784- 1831) que escribiera el libreto de El barbero de Sevilla a partir de la obra del dramaturgo francés Beaumarchais (Paris 1732-1799). Fue éste último quien creó el personaje de Fígaro, protagonista de su famosa trilogía de comedias de ambiente andaluz El barbero de Sevilla, Las bodas de Fígaro y La madre culpable.
En 1782 Paisiello (1740-1816) había puesto música al mismo tema con gran éxito, por lo que Rossini se vio obligado a pedirle permiso para una nueva versión que se llamó Almaviva. El poco tiempo de que dispuso Rossini para cumplir con este encargo, le obligó a reciclar una gran cantidad de música compuesta anteriormente: la obertura pertenecía a Aureliano in Palmira; Elisabetta regina d´Inghilterra nutrió la cavatina de Rossina; también de La pietra del paragone, Sigismondo, La cambiale di matrimonio e Il signor Bruschino pueden encontrarse numerosos préstamos en El barbero que, sorprendentemente, adquieren juntos una gran homogeneidad y solidez gracias a la habilidad del compositor.
Menos de un mes tardó Rossini en escribir esta obra cuando compartía vivienda con el tenor español Manuel García (1775-1832), quien, por cierto, estrenó la ópera en 1816, llegando a Barcelona dos años después. A pesar de los problemas que hubo en la primera representación, el éxito fue enorme difundiéndose rápidamente por diferentes países y llegando a América en 1825. Hoy día no sólo es la ópera más representada de la historia, sino que permanece en el repertorio como ejemplo de ópera bufa. Junto a sus magníficos números de conjunto, sus arias constituyen una verdadera colección de números de exhibición llenos de ingenio y creatividad: desde Largo al factotum de Figaro junto a las arias de Rossina, Almaviva o Bartolo, además de Basilio con la famosa La calumnia y sus efectos orquestales.
Dotado de un talento especial para la invención melódica, Rossini elimina la ornamentación improvisada que los compositores dejaban a criterio del intérprete para su lucimiento y la sustituye por la coloratura, que no debe entenderse en su obra como mera decoración o exhibicionismo, sino como un gesto de bravura o de audacia vocal que forma parte de la propia melodía. El simétrico fraseo de la melodía rossiniana exige del intérprete una gran perfección del legato.
Por otra parte, Rossini fue un magnífico orquestador. Así lo atestiguan sus oberturas que, de escritura muy elaborada, rápidamente se convirtieron en piezas independientes con valor por sí mismas. Destaca en ellas el respeto por la singularidad de cada instrumento, el tejido de las voces apoyado en una armonía sencilla pero original que aporta fuerza e impulso a la linea vocal y, por supuesto, el famoso efecto de los crescendi, logrados a base de la reiteración múltiple de una frase, aumentando la intensidad progresivamente y escalando la tesitura hacia el agudo.
Personajes | Identidad | Voz | Tesitura y características |
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Personajes: Figaro | Identidad: barbero del Doctor Bartolo | Voz: barítono bufo | Tesitura y características: De re2 al sol3 debe tener potencia, personalidad, voz flexible y aguda y rapidez de articulación |
Personajes: Rosina | Identidad: pupila de Bartolo enamorada de Lindoro (Conde de Almaviva) | Voz: mezzosoprano | Tesitura y características: debe alcanzar el si4 |
Personajes: Conde de Almaviva | Identidad: enamorado de Rosina | Voz: tenor ligero o líricoligero | Tesitura y características: debe alcanzar el sib3 máximo |
Personajes: Doctor Bartolo | Identidad: médico tutor de Rosina | Voz: bajo bufo | Tesitura y características: debe alcanzar el fa3 debe dominar el canto sillabato, tener velocidad |
Personajes: Basilio | Identidad: eclesiástico a sueldo del doctor Bartolo | Voz: bajo | Tesitura y características: debe alcanzar del do#2 al fa#3 requiere facilidad y tesitura amplia |
Personajes: Berta | Identidad: criada del doctor Bartolo | Voz: soprano | Tesitura y características: debe alcanzar el la4 |
Personajes: Fiorello | Identidad: criado del Conde de Almaviva | Voz: barítono | Tesitura y características: |
Personajes: Ufficiale | Identidad: | Voz: barítono o tenor | Tesitura y características: |
Personajes: Ambrogio | Identidad: criado de Bartolo | Voz: papel mínimo o mudo | Tesitura y características: |
Personajes: Notario | Identidad: | Voz: figurante | Tesitura y características: |
Personajes: Coro masculino | Identidad: | Voz: | Tesitura y características: |
La acción se desarrolla en Sevilla a finales del siglo XVIII
FIGARO describe en su aria Largo al factótum su fama como barbero –oficio que implica muchas y diferentes tareas–, así como sus habilidades. Es un personaje simpático, pícaro y astuto que se gana a sus vecinos. Como tiene acceso a las casas de la ciudad y conoce bien a sus habitantes, se presta con facilidad a favorecer casamientos o urdir intrigas a cambio de algo de dinero.
ROSINA, la protegida y pupila de Bartolo, muestra decisión y carácter frente al amor y tratará por todos los medios de liberarse de su viejo tutor al que detesta.
EL CONDE DE ALMAVIVA, noble pretendiente de Rosina que a lo largo de la ópera se disfraza de tres distintas personas y finge distintas voces: primero será Lindoro, un pobre estudiante, más tarde será un soldado borracho y, por último, don Alonso, el maestro de música. Enamorado de Rosina descubre que la joven vive encerrada por su tutor. Con el fin de liberarla, buscará la ayuda de Fígaro, el barbero de Bartolo.
BARTOLO es un viejo doctor que pretende casarse con Rosina a cualquier precio, para lo que pedirá ayuda a Basilio, el maestro de música de la joven. Está interesado en la dote de Rosina, es desconfiado y gruñón y trata de mantener aislada a Rosina para evitar que conozca a otro hombre.
BASILIO, el maestro de música de Rosina y cómplice de Bartolo es un personaje serio, poco simpático y falto de escrúpulos cuando de sobornos se trata.
En El barbero de Sevilla de Rossini no cabe la ingenuidad: todos engañan a todos y la mayoría de ellos se mueven por dinero, mientras los sentimientos se hallan sobreentendidos y excluidos de la acción.Amanece en una plaza de Sevilla. El Conde Almaviva quiere conquistar a la bella Rosina, encerradaen casa y vigilada estrechamente por su tutor el doctor Bartolo, quien pretende casarse con ella para quedarse con su herencia. Con el fin de seducir a la joven, el Conde se hace pasar por un pobre estudiante, Lindoro, que canta sin éxito una serenata bajo el balcón de su amada… que no se asoma. Casualmente se encuentra con el barbero Fígaro, al que Almaviva reconoce como un antiguo criado suyo y que ahora es el barbero personal del doctor Bartolo. Juntos organizan un plan para introducir a Almaviva en casa de Rosina y escapar de la vigilancia del viejo Bartolo: para empezar se envían cartas de amor que van y vienen a través del barbero. Pronto, el Conde deja de ser el estudiante Lindoro para convertirse en un soldado borracho que pide cobijo en casa del doctor y acaba amenazándole con su espada. Aunque este primer intento falla y todo se complica, Figaro y Almaviva no se desaniman e idean un nuevo disfraz: ahora el Conde entrará de nuevo en la casa como don Alonso, el maestro de música de Rosina. Esta nueva identidad permitirá a Almaviva conversar con la joven delante de su tutor, a quien Fígaro intenta distraer con un buen afeitado. Sin embargo, Bartolo descubrirá pronto el engaño y se apresura a ir en busca de un notario para redactar el contrato de matrimonio entre él y Rosina. Mientras, el conde y Figaro suben por una escalera hasta el balcón y entran en la habitación por la ventana. Almaviva revela su identidad a la joven y los dos se declaran su amor. Basilio y el notario se presentan en la habitación al tiempo que Bartolo está retirando una escalera que encuentra bajo la ventana de Rosina. Basilio tiene que elegir entre aceptar un soborno para ser testigo de la boda entre el Conde y Rosina o recibir dos balas en la cabeza. Cuando llega Bartolo es demasiado tarde, sin embargo, acepta la boda a cambio de quedarse con la dote de Rosina.