¿Qué es Música y pintura: conectar los sentidos?
Este concierto se concibe a partir de la capacidad expresiva que comparten la música y la pintura, así como de la respuesta cerebral y emocional que se produce en el oyente al procesar la información sensorial y los estímulos suscitados por la colaboración de ambas artes.
Como poseedoras de características contrapuestas tales como el sentido que las condiciona -el oído y la vista-, la dimensión en que se desarrollan -tiempo y espacio- y el medio que utilizan para manifestarse -sonido y dibujo-, la música y la pintura son consideradas disciplinas artísticas bien diferentes.
La pintura es un arte estático, concreto, que muestra un contenido tangible de forma más o menos figurativa. Tiene la ventaja de que permite acceder a la obra de manera directa, sin intermediarios, de forma individual e instantánea. Por ello, "permanece y tiene la apariencia de ser una realidad viva1". Mientras que la música, como lenguaje discursivo, es un arte temporal que requiere un proceso para acceder a ella, tras el cual, "se desvanece y muere2". Precisa de un intérprete que recree la obra y la haga resurgir. Por otro parte, se trata de un lenguaje abstracto que, a priori, no tiene ningún significado. Se dirige a las emociones y juega con ellas al proporcionar al oyente sucesivos estados de ánimo que quizá le induzcan a imaginar algún tipo de contenido que, en la mayoría de los casos, no está predeterminado.
Sin embargo, a pesar de sus diferencias, la pintura y la música se entienden bien, ya que entre ambas existe un territorio común que incluye, en primera instancia, "el propósito para el que están creadas, ya sea satisfacer una necesidad, ser útiles o entretener3". Pero además, existen otros muchos aspectos compartidos entre ambas, como, por ejemplo, la forma o estructura, el color o timbre, el canon o modelo, el silencio o vacío, el acento y el ritmo, la imitación, la repetición y el desarrollo de un motivo, la armonía y la proporción, el estilo y así, un largo etcétera que, si bien responden a la expresión de otros lenguajes artísticos también, en el caso de la pintura y de la música, se hacen muy patentes. A todo ello se añade la circunstancia de que la vista y el oído son sentidos prioritarios que actúan de manera colaborativa, se ayudan y complementan en la tarea de interpretación de estímulos diversos.
Con este hilo conductor, se diseña el recital Música y Pintura: conectar los sentidos, que pretende, no sólo poner de manifiesto esta actividad compartida de los sentidos, sino también explorar la manera en que ambas disciplinas artísticas se sirven la una a la otra.
Sinestesia y otras experiencias intersensoriales
En este interjuego de estímulos artísticos e información sensorial, se produce, de manera inconsciente, la sinestesia. Como sabemos, se trata de un fenómeno fisiológico normal que consiste en la experiencia de dos sensaciones simultáneas a partir de un solo estímulo. De esta manera, la música, por ejemplo, puede desencadenar asociaciones visuales de colores, mientras que la pronunciación de una palabra puede conllevar una sensación de gusto o de olor, por poner tan solo dos ejemplos.
Existen, al día de hoy, diversos tipos de sinestesia que se han catalogado en diecinueve formas de asociaciones sensoriales. Algunos compositores sinestésicos han tratado de explicar este tipo de vivencias. Veamos dos ejemplos:
Por otra parte, el pintor Vasili Kandinsky hacía estas revelaciones tras asistir a una representación de la ópera Lohengrin de Wagner:
Pero no sólo los estímulos artísticos se han asociado de manera inconsciente, sino que, a lo largo de la historia, el artista ha buscado de forma intencionada la relación de las artes entre sí. Así, observamos cómo ha habido escritores que pintan y tocan un instrumento -García Lorca-, pintores que interpretan música -Klee- y músicos que escriben -Juan del Enzina- o que pintan -Schoenberg- como actividades complementarias o alternativas.
Afortunadamente, no son tan pocos los artistas que alternan dos disciplinas. El escritor Jean Cocteau (1889-1963), por ejemplo, afirmaba que, para él, "dibujar es otra manera de mecanografiar los renglones … (no soy) ni dibujante ni pintor. Mis dibujos son escritura desatada y vuelta a anudar". Mientras que el poeta Goethe afirmaba:
La colaboración entre las artes no sólo ayuda al artista a expresarse, sino que potencia el impacto que produce en el público. En el caso de la música, la falta de un contenido o significado concreto ha empujado a los compositores a intentar dotarla de él, proporcionarle una referencia que guíe al oyente, por lo que la han utilizado a menudo con fines descriptivos y programáticos.
La ilustración musical del significado de los textos en la música vocal, el llamado madrigalismo de finales del Renacimiento y principios del Barroco, utiliza recursos musicales abstractos para imitar o evocar sonidos de la naturaleza como el canto de los pájaros, la tormenta, los suspiros o la risa. El hecho de ascender o el concepto de cielo estará ilustrado por una melodía ascendente, el dolor por la disonancia, la tristeza o la melancolía por el modo menor y, de esta manera, un lenguaje abstracto como es la música, se vuelve capaz de subrayar o recrear el significado de las palabras al concretarlo mediante la asociación.
En sus conciertos de Las cuatro estaciones, Vivaldi anota en la partitura indicaciones descriptivas de las ráfagas de viento, el castañetear de los dientes, el canto de los pájaros o la languidez a causa del calor. Pero los compositores han ido más allá al concebir una obra a partir de un programa o texto literario que guía al oyente en la escucha.
La capacidad de la música para suscitar diferentes estados emocionales, describir el carácter de un personaje, un animal, una situación específica, una estructura o una máquina, han hecho de ella, en muchos casos, un arte ilustrativo o descriptivo, aspecto que le acerca, aún más, a la pintura.
Música y pintura, pues, se han aliado en este interesante concierto-exposición para guiarnos en una experiencia intersensorial en la que podremos observar cómo la expresión personal del artista se concreta en imágenes y se sublima con la música.